Mañana a las 18hs en la sede de la CGT Bahía Blanca, ubicada en Mitre y Rodríguez se presentará el libro “José Espejo, el guardián de Evita” con la presencia de su autor, Hernán Brienza.

“José Espejo, el guardián de Evita”, es porque Espejo es el líder de la CGT, el más importante de la historia de la Organización del Movimiento Obrero Organizado, porque estuvo entre el 47 y el 52, donde son los años de oro del peronismo, pero también son los años de oro de la CGT, donde se convierte en Confederación como la conocemos hoy, saca su estatuto, edificio y Espejo iba todas las semanas a las reuniones de Jefatura de Gabinete, recordó Hernán Brienza.
Aseguró también que Espejo fue señalado por Evita como el candidato que ella quería, era su mano derecha, además fue importante porque fue hacedor de la fórmula Perón- Perón y fue quien el 22 de agosto en el Cabildo Abierto, que tiene muchos relatos, “lo que la historia cuenta cuando ve ese balcón e investigas los hechos, Espejo lo desafía a Perón y le dice que quieren que sea Evita la vicepresidenta”.
Señaló que hubo una charla durante más de 5 horas para intentar sacarle a Perón la vicepresidencia, “Perón tenía la información de que Evita estaba muy enferma, pero ella no lo sabía, José Espejo medió entre ellos”.
Cuando murió Evita el 17 de octubre Espejo habló y se organizó una silbatina donde Perón le dijo Espejito vas a tener que irte, “él pagó por haber sido peronista y por haber sido un líder sindical tan importante, ya que participó de la histórica fuga del 57, fue torturado en los años de Frondizzi y terminó trabajando como repartidor de café en Buenos Aires, hasta que se jubiló”.
Brienza destacó que es importante contar este tipo de historias, y cuando se presentó el libro no había ninguna placa que recordara a Espejo que fue quien creó ese edificio.
En cuanto a la mirada de la CGT actual, después de mirar la historia que lo rodea, dijo que hay mirar a la CGT con los ojos de la actualidad, “la CGT del 1947, era una CGT de un país industrial, que pasó de tener una decena de miles de representados, a más de un millón de representados en los 70 y ahora es una CGT complicada por la representación, el mundo del trabajo está reventado en el sentido que lo conocíamos”.
No hay trabajo en grandes fábricas, la sindicalización es muy baja, los trabajadores en blanco son muy bajos, de un 50%, hay una crisis de representación de los propios dirigentes y se deben una renovación de cargos, concluyó Brienza.