Alberto Carucha Rodríguez, quien fuera amigo de Watu Cilleruelo, dio su opinión sobre el fallo que liberó a Curzio y Forcelli, “Tremendamente sorprendido porque el tribunal que los condenó dio todas las razones habidas y por haber para que estas personas estén en una cárcel común, algo que no fue así si no que estuvieron en sus domicilios, con condena a 10 años. Además, tener en cuenta que pasaron decenas de testigos explicando y recordando cómo fue todo el accionar, como Curzio manejaba la 125, como los veíamos armados en la universidad, en la UTN, con toda la patota y Montezanti adentro, hay tantos registros. No podemos demostrar que tenían un carnet de afiliación a la Alianza Anticomunista Argentina, pero sabemos que fue el mismo grupo que mató a Watu en la universidad”.
Sobre todo lo que generó llevar un juicio a cabo de estas características afirmó que “No es ni lindo, ni agradable, son momentos de la vida muy fuertes y duros, hasta el 3 de abril de 75 yo era una persona y nunca más la recuperé, cambió mi vida, mi forma de ser, cambio la de mucha gente, entonces que una jueza o juez en Buenos Aires, leyendo la resolución determine que tiene dudas, una justicia que por dos votos a uno deja que caminen por las calles de Bahía dos personas que se dedicaban a secuestrar y a asesinar, es una justicia muy difícil de creer si esto sigue así en nuestro país”.
También se refirió a lo que todavía falta y a la esperanza de que este fallo se revierta, “Dábamos por terminado porque pudimos llevar este caso de la Triple A a juicio, queda el caso de Montezanti que todavía no se cierra, que fue el docente el que llevó adelante estas acciones, pero la patota representada por estas personas había quedado condenada, fue demostrada su pertenencia, crímenes, no sé qué es el papel que le faltó al doctor para dejarlos libre nuevamente. Confió en el fiscal que va a elevar el caso a la Suprema Corte, no es que confío, la Justicia decide si es cara o cruz dependiendo de los vientos políticos a donde vayan”.