La confirmación de la detección de tres casos de influenza A (H3N3), correspondiente a la subvariante K, en el país por la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud del Malbrán. El virus que provoca una enfermedad respiratoria, rememora al coronavirus SARS-CoV-2, que desde 2020 provocó millones de contagios y muertes en todo el mundo, además de un fuerte impacto sanitario, social y económico: aunque ambas comparten síntomas, presentan diferencias importantes que ayudan a distinguirlas.
Los síntomas de la gripe H3N2: fiebre alta y malestar general
La gripe H3N2 es un tipo de influenza que suele provocar síntomas respiratorios de inicio brusco. Uno de los signos más frecuentes es la fiebre alta, que puede superar los 38 grados y aparecer de manera repentina. Esta suele estar acompañada de escalofríos, malestar general y una sensación intensa de cansancio.
Otro síntoma característico es el dolor muscular y articular. Quienes han sido contagiados describen dolores en todo el cuerpo, especialmente en piernas, espalda y brazos, lo que dificulta la realización de actividades cotidianas. A esto se suma el dolor de cabeza persistente, que puede ser moderado o intenso.
En cuanto a los síntomas respiratorios, la gripe H3N2 suele causar tos seca, dolor de garganta y congestión nasal. En algunos casos, la tos puede volverse más intensa con el paso de los días. También es frecuente la presencia de secreción nasal y estornudos, aunque estos últimos suelen ser más comunes en resfríos que en la influenza.
Covid 19: barbijo, pérdida de olfato y dificultad para respirar
El COVID-19, además de fiebre y tos, se distingue por la pérdida del olfato (anosmia) y del gusto (ageusia), síntomas que son menos comunes en la gripe H3N2. La dificultad para respirar (disnea) es más frecuente en el COVID-19 y puede ser un indicador de gravedad. Aunque ambos virus causan fatiga y dolores musculares, en el COVID-19 suelen ser menos intensos que en la H3N2.
Ambas enfermedades se propagan principalmente por gotitas respiratorias y el contacto con superficies contaminadas. Sin embargo, el COVID-19 tiene una mayor capacidad de propagación asintomática y un período de incubación más largo (entre 2 y 14 días), mientras que la H3N2 tiene un período de incubación más corto (de 1 a 4 días). Esto hace que el COVID-19 pueda ser más difícil de controlar en ciertos contextos.
En términos de gravedad, la gripe H3N2 puede causar cuadros graves, especialmente en grupos de riesgo como niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Sin embargo, generalmente tiene una menor tasa de hospitalización y mortalidad en comparación con el COVID-19, que presenta un mayor riesgo de complicaciones graves como neumonía bilateral, trombosis y síndrome de distress respiratorio agudo (SDRA). Además, el COVID-19 puede dejar secuelas a largo plazo, conocidas como “COVID prolongado”.



