El verano comienza oficialmente en la Argentina con un evento astronómico preciso: el solsticio de diciembre. Este año, el cambio de estación se producirá a las 12:03, según la Hora Oficial Argentina (HOA), según señaló el Servicio de Hidrografía Naval (SHN). A partir de ese momento, el hemisferio sur ingresará en el período estival, marcado por temperaturas más altas, jornadas extensas y una fuerte presencia del sol en el cielo.
El solsticio de verano es el instante en el que el Sol alcanza su mayor altura aparente sobre el horizonte al mediodía. La palabra solsticio proviene del latín y significa “sol quieto”, en referencia a la sensación de que el astro detiene su desplazamiento antes de iniciar un cambio gradual. En esta fecha se registra el día más largo del año y la noche más corta, como consecuencia de la inclinación del eje terrestre, que hace que el hemisferio sur reciba la máxima cantidad de luz solar.
Tras el solsticio, aunque el verano recién comienza, la duración de los días empieza a disminuir lentamente. Este proceso se extenderá hasta el equinoccio de marzo, cuando el día y la noche volverán a tener una duración similar y dará inicio el otoño.
Además de su relevancia científica, el solsticio de verano tiene un fuerte significado cultural y espiritual en la Argentina, especialmente para los pueblos indígenas. En distintas regiones del país, comunidades originarias mantienen vivas celebraciones ancestrales vinculadas a esta fecha, que marca un momento de plenitud solar, crecimiento y renovación de la vida. En el noroeste argentino, pueblos quechuas y aymaras celebran el Kapak Raymi, también conocido como la Fiesta Mayor del Sol.
(SHN)



