Más inconvenientes se siguen dando en el caso Melisa, la mujer que fue ultrajada en un descampado, el acusado se presentó cuando pasaba a llevar a sus hijos a fútbol, “esperando a que terminen y en Miramar, en calle Charcas, y donde mi hija mira ve que estaba estacionado el auto a la derecha”.
Relató que cuando lo vio, Melisa empezó a sentirse mal y agarró el botón antipánico donde no le sirvió para nada porque no anduvo, a su vez no sabía que tenía que llamar al 911, “ella quedó en shock porque no puede creer que teniendo una restricción se siga acercando”.
Aseguró que Melisa intentó grabarlo y en ese momento se fue, en el lugar hay cámaras y testigos que confirman lo ocurrido.
Ester destacó que para ella es un mafioso que intenta marcar territorio para que vean que él sigue estando, “lo hacen con tanta naturalidad porque no tienen miedo de la justicia, alguien lo ampara y apoya”.
La mujer realizó la denuncia debido a este hecho y desde la familia esperan que les den respuesta, aseguró Ester que no le hicieron allanamiento, ni le sacaron los celulares.
“Él anda en otras cosas, es un estafador, esto no es normal”, dijo Ester quien confirmó que la causa todavía no ha avanzado en estos cuatro meses de ocurrido el hecho.
El hecho ocurrió el pasado 20 de julio cuando vecinos encontraran en un descampado de calle Zelarrayan al 3700 a una mujer visiblemente golpeada y atada con precintos.
Según informaron fuentes oficiales del caso, la víctima de 37 años había concurrido a una iglesia evangélica en calle Vieytes al 3600, y tras la celebración, cuando regresaba a su hogar, fue salvajemente atacada.
El acusado es su ex pareja y padre de su hijo, Jhony Zambrano, quien por el momento continúa en libertad e incumpliendo con la orden de restricción de acercamiento.
