Yamila de Charras, graduada y docente de la UNS, elaboró la tesis que el INVAP consideró la mejor de Doctorado en Ingeniería del país, al cabo de un concurso que el viernes 17 celebró su entrega de premios.
La empresa pública de alta tecnología buscó trabajos destacados que hicieran honor al nombre de su acrónimo: Investigaciones Aplicadas, con impacto directo en la realidad concreta.
En la categoría de “Tesis de doctorado”, lo encontró en el Estudio de parámetros de diseño en aerocámaras para la administración de medicamentos inhalables, como Yamila tituló a su investigación, enfocada en mejorar el suministro de fármacos a pacientes con asma o EPOC. La tesis tuvo como directora a la doctora María Verónica Ramírez-Rigo y al doctor Diego Bertin en el rol de codirector, y es uno de los proyectos enmarcados en la Unidad de Desarrollo de Medicamentos y Tecnologías Biomédicas (UDEMET), que creó recientemente la UNS.
“Generalmente se prescriben inhaladores de dosis medidas, que tienen el problema de que queda mucho fármaco en la garganta y tienen una forma de uso muy difícil. Por eso se recomiendan las aerocámaras, que en general usan los niños. Pero con los resultados que obtuvimos sabemos que también es necesario su uso para los adultos”, explica en este diálogo con el magazine Agenda Pública, de Radio Universidad.
Las aerocámaras, amplía el resumen de su tesis “permiten el flujo controlado del fármaco desde el inhalador hacia el paciente solo durante la inhalación, mediante una válvula unidireccional de baja resistencia”. De ese modo, “mejoran la distribución y cantidad de medicamento que llega a las vías respiratorias inferiores y reducen la velocidad del aerosol, lo que disminuye el impacto y la deposición del medicamento en la orofaringe”.
El tránsito al éxito
“Cuando me recibí, no estaba en mis planes hacer ciencia. Pero me gustó la temática, que sea aplicada a salud”, refiere sobre uno de los ejes de sus días en los últimos seis años. El Doctorado en Ingeniería Química de la UNS prevé una extensión de cinco años, pero en esta oportunidad se prolongó uno más, por la pandemia.
Durante el recorrido, Yamila se convirtió en mamá. “Terminé de escribir la tesis con él a upa”, retrata su doble rol de investigadora y madre de un pequeño que actualmente tiene dos años y tres meses de convivencia cotidiana con los estudios sobre aerocámaras. “Es fundamental el apoyo de la familia”, agrega.
Cuando en 2018 se embarcó en el camino del Doctorado, Yamila acababa de graduarse como ingeniera química, título de grado al que en 2021 añadió el de ingeniera en alimentos. En ambos casos en la UNS, a la que agradece un carácter público que destaca fundamental.
La institución es, además, uno de sus lugares de trabajo. Desde 2019, Yamila es asistente de docencia en el Departamento de Ingeniería Química, desempeñándose en la actualidad en las asignaturas de Procesamiento de Alimentos y Trabajo Final de Carrera.
Durante la entrevista con la emisora universitaria, revivió su experiencia estudiantil y desmitificó toda linealidad en los caminos del éxito. “Hubo materias que hice tres veces”, recuerda, ya doctora y premiada a nivel nacional. La clave, enfatiza, “son las ganas que uno tiene de llegar, y la voluntad”. El futuro inmediato la encuentra tratando de sortear obstáculos del contexto, para continuar con una línea de investigación siempre ligada a una aplicación directa al campo de la salud. “Con la situación del CONICET, estamos un poco paralizados. De todos modos, mi tema de posdoctorado es el de inhaladores de polvo seco y otros tipos de dispositivos para estos tratamientos”, señala.
“Una muestra contundente de la vitalidad del sistema científico-tecnológico nacional”
El certamen recibió 162 tesis provenientes de 16 provincias, con la participación de 47 instituciones entre públicas y privadas, que representaron 35 carreras distintas. “Una muestra contundente de la vitalidad del sistema científico-tecnológico nacional en un contexto donde la ingeniería se posiciona como herramienta de transformación social”, destacaron en sus redes sociales.
“Los participantes representan una nueva generación que cree que es posible crear valor y soberanía para la Argentina y para el mundo. Y esto forma parte de nuestro propósito y nuestro ADN”, señaló el ingeniero Darío Giussi, gerente general de INVAP, al destacar la calidad de los trabajos recibidos.
El certamen refleja una apuesta clara: la ingeniería no solo como motor de innovación, sino como herramienta de soberanía tecnológica y compromiso social. “Pone al servicio de la vida de las personas el impacto de la tecnología. Y demuestra que junto a la academia y la industria es posible construir soberanía”, concluyó Giussi.