El cierre reservaba una sorpresa inolvidable. Era el 26 de septiembre, y estaba terminando el segundo Congreso Internacional de Salud Pública, que desde el día anterior había concentrado en la Capital Federal la atención de centenares de expositores y oyentes, locales y del exterior.
Fue entonces cuando la Asociación Argentina de Salud Pública, organizadora del evento, anunció como bonus track que entregaría reconocimientos especiales a un puñado de trabajos, de los más de trescientos presentados. Entre esos pocos nombres, estaban los suyos: Luna Agüero y Agustín Adam.
Luna y Agustín cursan Medicina en la UNS y, en paralelo a clases y exámenes, ejercitaron su interés por la temática de salud pública participando en un proyecto de investigación encabezado por las docentes María Florencia Arnaudo y María Eugenia Elorza. El grupo enfoca su atención en la Economía de la Salud, una de las materias de temprano contacto con las y los estudiantes que ingresan a la carrera. La dicta Nebel Moscoso, quien acompañó la participación en el Congreso.
Fue en una reunión del equipo que detectaron vacíos en el conocimiento de políticas públicas de acceso a la salud y decidieron iniciar el camino para completar con datos los casilleros vacantes. Contaron con el apoyo del sistema de becas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el organismo que agrupa a todas las universidades públicas del país.
“Nuestra investigación es una revisión sistemática que tiene por objetivo identificar las estrategias empleadas a nivel mundial para sortear o mitigar las barreras en el acceso a la salud, sean económicas, geográficas, de disponibilidad o de motivación”, precisa Luna a Enfoque U.
Uno de los pasos “más desafiantes”, agrega Agustín, fue la selección de los artículos a estudiar en la pesquisa. “Los resultados eran muchísimos, y tuvimos que aplicar con sumo cuidado los criterios de inclusión”, comenta y agradece especialmente a Edith López, directora de la biblioteca del Departamento de Economía, que les proveyó herramientas para la búsqueda de información.
El trabajo fue “muy interesante y enriquecedor, un camino de aprendizaje que seguimos recorriendo”, anticipan. Actualmente dedican parte de su tiempo fuera de cursadas y exámenes a refinar conclusiones, que esperan publicar a fines de este mes o comienzos del próximo.
En cuanto a la experiencia que supuso presentar lo trabajado en un congreso internacional, Luna la describe como “llena de emociones: era nuestra primera vez exponiendo, y el público iba a estar compuesto de expertos de la Argentina y el exterior”.
Además, al finalizar la exposición, tuvieron ocasión de conversar con trabajadoras y trabajadores del Ministerio de Salud y el Hospital Garrahan. “Fue un orgullo para nosotros dos ser representantes de la UNS y la carrera”, sonríen al recordar el itinerario.
“La beca CIN fue clave, un empujón enorme. Más allá del apoyo económico, lo que más valoramos es el reconocimiento, que nos hizo sentir que estábamos haciendo las cosas bien”, ilustra Agustín.
Sucede que, explica como mensaje al conjunto, “uno siendo estudiante a veces tiene dudas sobre si realmente dedicarse a investigar, si es un camino posible. La beca demuestra que sí, que hay interés y espacio para jóvenes investigadores”.
