De acuerdo a datos recientes, casi siete de cada diez prendas que se venden en Argentina son importadas, una transformación profunda que se aceleró en los últimos meses con la apertura comercial impulsada por el Gobierno y el desembarco masivo de plataformas como Shein y Temu, los colosos chinos de la moda ultrarrápida.
Ante este contexto, el cambio no es menor. Si contamos los primeros cinco meses del año, el país destinó más de u$s1.500 millones a importar ropa, algo que sacude a la industria textil local, con costos en alza, demanda en baja y una competencia que llega desde el exterior con precios que resultan imposibles de igualar.
De acuerdo a un informe de la Fundación Pro Tejer, el 67% de las prendas que se consumen en el país son importadas, cifra que crece si se registra la indumentaria que se comercializa en shoppings: 75% es extranjera.
En contrapartida, el mismo estudio apunta que la mitad de las empresas nacionales del sector textil bajó un 5% sus ventas en los primeros cinco meses del 2025, cifra que atribuyen a la falta de compradores y al incremento de los costos. En ese sentido, el 60% de los industriales admitió que redujo su plantilla de personal y sólo el 35% planteó recuperar el uso de la capacidad instalada, aunque ninguno a niveles del 2023.
Las importaciones llegan por tres vías: empresas que traen indumentaria desde afuera (incluso marcas nacionales), turistas que compran ropa en el exterior, y compras online que llegan por courier, el famoso “puerta a puerta”. Según datos de la Aduana, las importaciones corporativas aumentaron un 125% y representaron unos u$s264 millones, pero ese número se multiplica al llegar al consumidor final, alcanzando más de 1.000 millones, según cálculos del economista Gustavo Ludmer, asesor de la Cámara de Indumentaria.
El turismo de compras también juega su parte. Los argentinos gastaron u$s1.572 millones en ropa durante sus viajes al exterior en el mismo período, lo que representa una suba del 136%, de acuerdo con datos del Banco Central. Sin embargo, el verdadero salto se produjo en el canal digital, donde las compras por comercio electrónico que llegan desde el extranjero se triplicaron, con un crecimiento del 211% que equivale a u$s242 millones. De ese total, se estima que al menos la mitad corresponde a indumentaria.
(M1)