Luego de la devastadora inundación del pasado 7 de marzo, uno de los espacios clave dentro del Hospital fue la Residencia de Madres, que se transformó en un verdadero refugio para los bebés internados en Neonatología, el personal de salud y el equipamiento esencial del servicio.
En medio del caos, ese lugar se convirtió en abrigo, en protección y también en centro de organización. Allí, un grupo de mujeres voluntarias, conocidas como “Las Lilas”, desempeñó un rol fundamental: estuvieron presentes desde el primer momento, colaborando con compromiso, entrega y ternura.
Mientras se reordenaban los servicios del hospital y se atendían las urgencias, ellas organizaron, limpiaron, acomodaron donaciones y asistieron en todo lo necesario para sostener ese espacio vital.
Desde el equipo de Nacer, destacaron especialmente la labor de la Dra. Laura Velasco, médica del servicio, por su acompañamiento constante, liderazgo y presencia en cada instancia del voluntariado.
Hoy, con enorme gratitud y emoción, la Residencia de Madres ya está nuevamente en condiciones de recibir a las mamás que lo necesiten, reafirmando su misión de cuidado en momentos cruciales.
“Gracias, Las Lilas. Por estar, por hacer, por cuidar”, expresaron desde Nacer, reconociendo el valor humano de un voluntariado que, en los momentos más difíciles, sostuvo con gestos simples y poderosos a toda una comunidad.