Cada 14 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reconocer a quienes, mediante un acto anónimo y voluntario, contribuyen a salvar vidas.
En Argentina, este día adquiere una relevancia especial en un contexto donde solo el 55% de las donaciones provienen de personas voluntarias y habituales, mientras que el resto se realiza por reposición. Los expertos sostienen que, en un país donde cada tres minutos un paciente necesita una transfusión, es de vital importancia motivar a personas sanas a convertirse en donantes habituales.
El llamado de la OMS es claro: avanzar hacia un sistema 100% basado en donaciones voluntarias y no remuneradas, y dejar atrás el modelo de reposición. El lema de este año resume ese espíritu: “Doná sangre, da esperanza: juntos salvamos vidas”.
También desmintieron varios mitos comunes en torno a la donación:
- Donar no engorda ni adelgaza: el cuerpo repone rápidamente la sangre extraída.
- No es doloroso: aunque puede generar una molestia mínima, los materiales son estériles y los profesionales están capacitados.
- Es seguro: todos los insumos son descartables.
- No es necesario estar en ayunas: solo se deben evitar grasas saturadas el día anterior.
- El proceso es breve: el circuito total dura unos 45 minutos.
- No todos pueden donar, pero todos pueden colaborar: quienes no estén en condiciones pueden difundir la información o acompañar a otros.