En una jornada de recolección de semillas de ciprés y maitén en la reserva forestal El Guadal, en Mallín del Medio en El Bolsón, se detectaron dos hallazgos. Uno esperanzador; el otro, preocupante. A poco más de un mes del incendio que afectó 3.400 hectáreas, los investigadores observaron rebrotes de algunas especies. La esperanza del verde en medio del suelo gris cubierto por ceniza. Pero también algunos «rebrotes» de humo que demandó la intervención del Servicio Provincial de Lucha contra los Incendios Forestales (Splif)
«Este viernes se organizó una jornada del Conicet Patagonia Norte para buscar semillas de las principales especies que se quemaron en el incendio para llevarlas luego a diferentes viveros a fin de producir plantines que nos permitan reforestar«, explicó Mariano Amoroso, investigador del Conicet y profesor en la carrera Agroecología de la Universidad Nacional de Río Negro en El Bolsón.
En una primera jornada se juntaron 70 mil semillas de lenga en el cerro Otto de Bariloche. En esta ocasión, se reunieron semillas de ciprés y maitén en El Guadal que pertenece al Servicio Forestal Andino. Pese a estar «en el límite de la temporada para juntar semillas», se encontraron muchas en el suelo.
«El fuego afectó un tercio de ese sector, pero en las recorridas por el campo, vimos que hay especies que ya están rebrotando. Tienen esa capacidad. Hay especies que se pueden reproducir por semilla, pero también pueden rebrotar a partir del árbol quemado», contó.
Se trata principalmente de arbóreas «de porte más bajo, como el maqui, la laura y el ñire. O especies arbustivas, como el palo piche. «Esto ya lo hemos visto en diferentes lugares que se quemaron. Brotan desde la base y desde algunos centímetros por encima del tronco. Por eso, la recomendación en sitios a los que se acude para aprovechar la madera, es dejar 30 o 50 centímetros del tronco por la capacidad de rebrote de estas especies», aclaró y agregó: «La mayoría de las yemas que van a generar los nuevos tallos o vástagos que van a formar los árboles se generan en la zona del cuello y los primeros centímetros. Por lo general, la gente corta lo más que puede y deja los árboles lo más bajo posible. No es recomendable».
(Río Negro)