Un informe sobre pobreza energética en Bahía Blanca revela que el acceso a la energía es un desafío para muchos hogares, pero sobre todo para los que están en barrios vulnerables. Mientras que en promedio los hogares destinan aproximadamente un 13% de sus ingresos al pago de electricidad, gas y otros combustibles, en los sectores más desfavorecidos esta carga asciende al 19%, lo que profundiza las desigualdades.
El estudio, basado en la Encuesta de Inclusión Social Sostenible (2024) y elaborado por Dra. María María Ibañez, Lic. Milena Poggiese y Dra. Silvia London, del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) UNS-CONICET, destaca que la energía no es un fin en sí mismo, sino un recurso indispensable para garantizar condiciones dignas de vida.
La encuesta se hizo en junio de 2024 con un diseño muestral probabilístico y representa a toda la ciudad de Bahía Blanca. Incluye a 1.411 hogares y 3.851 personas, lo que triplica el tamaño de la muestra de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC.
El peso del gasto energético
Los datos muestran que el servicio eléctrico representa el mayor porcentaje dentro del gasto energético de los hogares, seguido por el gas de red. Sin embargo, en los barrios vulnerables el consumo de gas envasado y combustibles tradicionales como leña y carbón es más frecuente, debido a la falta de acceso a la red de gas natural.
En promedio, estos hogares consumen hasta tres garrafas por mes en invierno y el 91,5% de los usuarios accede a ellas sin ningún subsidio.
El informe también señala que, aunque en los últimos años hubo una reducción de la pobreza energética leve, persisten niveles elevados de privaciones energéticas en la ciudad. Más de 70.000 bahienses viven en condiciones de pobreza energética, de los cuales 12.840 padecen indigencia energética, lo que implica que dependen de la quema de materiales contaminantes para cocinar y calefaccionarse.
Problemática extendida
Si bien la pobreza energética es más grave en los sectores de menor ingreso, el informe subraya que no es una problemática exclusiva de los barrios vulnerables. De hecho, el 73% de los hogares en situación de vulnerabilidad energética se encuentra fuera de estas zonas, lo que indica que la dificultad para afrontar los costos de la energía es un problema extendido.
Recomendaciones para una política energética más equitativa
El estudio plantea la necesidad de implementar políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a la energía. Algunas de las medidas recomendadas incluyen:
- Mayor acceso a subsidios para la compra de garrafas y una distribución más eficiente en los casos más severos de indigencia energética.
- Inversión en infraestructura para ampliar la cobertura del gas de red en zonas desfavorecidas.
- Programas de eficiencia energética que permitan reducir el consumo sin afectar la calidad de vida.
- Políticas habitacionales que mejoren las condiciones térmicas de las viviendas y reduzcan la dependencia de combustibles contaminantes.