En un giro inesperado, el Vaticano dio un paso significativo y permitió que los seminarios italianos admitan a sacerdotes homosexuales, aunque bajo condiciones estrictas. Según un documento aprobado por el Dicasterio del Clero, los seminaristas homosexuales tendrán la posibilidad de ingresar a la formación, siempre y cuando se comprometan a vivir la castidad en celibato, tal como se exige también a los candidatos heterosexuales.
Las directrices fueron adoptadas por la Conferencia Episcopal Italiana en noviembre pasado y aprobadas por el Vaticano en las últimas horas. Se mantendrán en vigencia durante un periodo de prueba de tres años.
“Al referirse a las tendencias homosexuales en el proceso formativo, es oportuno también no reducir el discernimiento a este sólo aspecto, (…) sino comprender su significado en el marco integral de la personalidad del joven”, indicó el documento de 89 páginas respaldado por la Santa Sede.
De todas maneras, el texto remarcó que aquellos que presenten una “profundamente arraigada tendencia homosexual” o que respalden la “cultura gay” no serán admitidos, ya que se considera que no pueden vivir adecuadamente la castidad y el celibato.
Entre otras pautas, el documento determinó que “se debe prestar la máxima atención a la cuestión de la protección de los menores y de los adultos vulnerables, velando cuidadosamente por que quienes solicitan la admisión en el seminario mayor no hayan incurrido de ningún modo en delitos o situaciones problemáticas en este ámbito”.
Incluso, los seminaristas deberán ser guiados en el mundo de las redes sociales para “desarrollar la capacidad de habitar este entorno con conciencia y sabiduría, reconociendo las oportunidades y los riesgos”.
Aunque el Vaticano no había prohibido explícitamente a los homosexuales acceder al sacerdocio en el pasado, una instrucción anterior de 2016 había señalado que los seminarios no podían admitir a hombres que tengan “tendencias homosexuales profundamente arraigadas”.
Hasta ahora, el Papa Francisco no se refirió en público al nuevo documento, aunque tiempo atrás pidió una selección cuidadosa de los candidatos a seminaristas y advirtió con dureza a los sacerdotes que mantienen relaciones sexuales que abandonen el sacerdocio.
Líder de la Iglesia católica desde marzo de 2013, el Santo Padre es reconocido por adoptar un enfoque más acogedor hacia la comunidad LGBTQ+ y permitir a los religiosos bendecir a parejas del mismo sexo caso por caso.
Fuente: Diario Popular