“Queríamos que en las bibliotecas de esta Universidad esté esta obra, que no es una novela sino un conjunto de análisis multidisciplinares editado por cuatro expertos en Historia y Teología”, explicó fray Carlos.
La investigación –dirigida por la Facultad de Teología de la UCA a pedido de la Conferencia Episcopal Argentina- abordó una vastísima documentación de los archivos desclasificados de la Iglesia para concluir en una exposición del papel de la iglesia católica en los procesos de violencia en la Argentina entre 1966 y 1983.
“La verdad los hará libres” tiene la particularidad de que -por primera vez y de forma excepcional- se usaron documentos del Archivo de la Conferencia Episcopal Argentina y del Archivo corriente de la Santa Sede, incluida la Secretaría de Estado, el Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia y la Nunciatura en la Argentina, entre otros. Esta originalidad convierte la obra en la primera en su tipo a nivel mundial dado que habitualmente el acceso a estos fondos documentales se hace disponible para los investigadores luego de unos setenta años desde su producción. Comenzando con la “Revolución Argentina” de 1966, este trabajo pone el foco en el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” iniciado con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Estudia críticamente las concepciones teóricas y las acciones concretas que influyeron en posturas de miembros de la Iglesia ante las diversas formas de conflictividad y violencia: el golpismo, los movimientos guerrilleros, las bandas paraestatales, el terrorismo de Estado, la defensa de los derechos humanos y el trágico saldo de víctimas, en especial, los desaparecidos.
“Uno como ex alumno y profesor universitario se interesa naturalmente por la Universidad, y la iglesia tiene un contacto concreto con la comunidad por la presencia pastoral en el territorio que puede contribuir a la acción de la Universidad más allá del caso concreto de una escuela para incluir a jóvenes en el mundo de la educación y el trabajo. A nosotros nos interesa la vida universitaria porque la Universidad es escuela de pensamiento, escuela de humanidad”, remarcó el Arzobispo.