El Centro de Formación Integral 1, atiende a una matrícula de 86 alumnos y alumnas con necesidades especiales, formando pedagógica y laboralmente a esta matrícula, desde hace unos meses se conoció la noticia de que el lugar que actualmente se alquila como escuela rescindiría su contrato y los dejaría sin un espacio físico, por lo que se había propuesto llevarlos a la escuela San Roque, lugar al cual los padres se negaron porque refieren que no están dadas las condiciones para desarrollar las tareas que los chicos deben hacer en los talleres.
Eber, mamá de un alumno, indicó que “Nos volvimos a convocar acá con la idea de que el tema siga manteniéndose vigente, con la convocatoria anterior tuvimos contacto casi inmediato con la gente del Consejo Escolar y Región, donde nos citaron a una reunión y cada uno pudo exponer su punto de vista y se consiguió extender o por lo menos posponer la fecha inicial de desalojo, que era para el primero de diciembre, de manera tal que los chicos puedan finalizar el ciclo lectivo actual en este establecimiento, pero de ahí en más no sabemos qué va a pasar”.
También afirmó que luego de la reunión con las autoridades quedaron a la espera de saber cómo se va a resolver, “Si bien nosotros manifestamos nuestra oposición de trasladar la escuela al instituto San Roque y al jardín 925, la gente del Consejo y de Región quedaron en ver otro espacio, pero hasta ahora no tenemos respuesta y nuestra preocupación radica en que no sabemos qué va a pasar en el inicio del año que viene, a donde van a ir los chicos y con qué condiciones”.
Para conocer el cronograma de actividades que los chicos realizan en la escuela, Eber detalló cada uno de ellos, “Acá los chicos tienen doble turno, en un turno reciben la capacitación pedagógica como cualquier escuela y a contra turno desarrollan tareas de taller que los capacitan a nivel laboral, acá hacen cocina, huerta, taller de reparación de calzado, herrería y carpintería, por lo que tienen máquinas de gran porte por lo que necesitan un espacio amplio para trabajar, lo mismo con la reparación de calzado que necesitan la ventilación, lo que queremos es que sigan todos los talles y que tanto cocina, donde reciben copa de leche, sea en el mismo lugar donde desarrollan sus actividades”.
Por su parte, Leticia, otra mamá, explicó que entienden que es difícil todo el trámite que se debe realizar pero que necesitan una pronta respuesta, “En el Consejo Escolar en la reunión que tuvimos nos dijeron que la parte legal de la municipalidad se estaban ocupando con los dueños y que habían conseguido un plazo hasta el 25 de diciembre para que los chicos finalicen el año, pero que seguían tratando de arreglar aunque no podían decir nada hasta ahora, nos pidieron que si sabemos de algún lugar se lo dijéramos”.
Indignada con la situación expresó sus sentimientos ante no tener hoy una respuesta clara de donde arrancarán el año que viene las clases sus hijos, “Es impotencia y enojo, frustración, un conjunto de cosas negativas porque no sabes dónde estás parado, los chicos quieren venir y necesitan venir y que nos quedemos sin el espacio para traerlos y sin saber dónde estamos parados nos da mucha angustia. Cuando fuimos al acto de Molinos de Viento el intendente estuvo y dijo que estaba en conocimiento, pero hasta ahora nada”.