El Gran Premio de México volvió a entregar una carrera de película que tuvo de todo: sobrepasos, accidentes, sanciones (a Max Verstappen le clavaron 20 segundos), tres abandonos y estrategias variopintas. Y Franco Colapinto, quien rompe con la barrera de lo imposible cosechando logros que parecen imposibles, dio una nueva muestra de talento. Tanto es así que evitó los errores, mostró sus cualidades conductivas, fue para adelante y ganó cuatro posiciones en total. Si bien acabó 12º y no llegó a la zona de puntos, cruzó la meta por quinta ocasión consecutiva y completó, otra vez, su principal objetivo.
El pilarense de 21 años dejó en claro que no es ningún rookie. Más allá de que arribó a la escudería como alternativa, ya tiene voz y voto en la toma de decisiones. De hecho, fue él quien pidió largar con neumáticos duros (tal y como había ocurrido en los Estados Unidos) en lugar de los medios sugeridos por sus ingenieros. Y nuevamente la apuesta le dio resultado, dado que aprovechó un incidente en la primera vuelta entre Alex Albon, su compañero, y Yuki Tsunoda, que derivó en un auto de seguridad.
En efecto, gestionó mejor sus compuestos, los pudo estirar más de la cuenta y empujó en el tramo final de la final. Eso sí, no todo fue color de rosas para los de Grove, ya que los ingenieros soñaron con un Safety Car o, al menos, un Virtual Safety Car para no perder tanto tiempo en boxes. Incluso, unas gotas cayeron sobre el asfalto del Autódromo Hermanos Rodríguez y hasta se soñó con una lluvia. Pero el agua nunca dijo presente, tampoco hubo problemas con otros pilotos y esos 10 giros de más lo dejaron bien atrás en el clasificador. Para colmo, un error en la entrada al pitlane (los mecánicos se atascaron con la trasera derecha) le costó casi tres segundos.
De todos modos, Colapinto activó el modo guerrero: fue para adelante, apretó el acelerador a fondo y empezó a pasar a algunos rivales. Hasta superó a Liam Lawson -con toque incluido que perjudicó al bonaerense-, con quien había compartido estrategia. Sin embargo, ese problema con el neozelandés de RB le costó el ritmo arrollador, por lo que no pudo atacar a Lance Stroll sobre el final. Y, al cabo, se debió conformar con un 12º lugar.
(Olé)