El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur -dependiente de la Universidad Nacional del Sur y del CONICET- se encuentra llevando a cabo una nueva edición de la Encuesta de Inclusión Social Sostenible.
“Este relevamiento genera la base de datos más extensa con la cual cuenta la ciudad, dado que el tamaño de muestra alcanzado es tres veces mayor al de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC”, indicaron desde el Instituto. En 2021 se hizo en 1.421 hogares, mientras que el organismo nacional sólo abarca a 300. Además alcanza una más amplia cobertura de los barrios más vulnerables.
Desde la organización solicitan la colaboración de los vecinos de la ciudad para recibir a los encuestadores, que están pasando casa por casa debidamente identificados. Los datos son anónimos y se preserva el secreto estadístico. Las familias que respondan a la encuesta estarán participando del sorteo de 2 órdenes de compra de la Cooperativa Obrera, una por $ 100.000 y la otra por $ 60.000.
Según se indicó desde el Instituto, “el objetivo es continuar con el muestreo que se inició en el 2021 y que sirve para tener un diagnóstico y datos fehacientes para proyectar, entre otras cosas, políticas públicas”. En el sondeo se buscan registros sobre condiciones de acceso a la educación, al financiamiento, a la energía y datos sobre vivienda, servicios básicos, alimentación salud, empleo y seguridad social.
En el relevamiento realizado hace tres años se detectaron en Bahía Blanca 35.516 personas en pobreza multidimensional severa y 47.355 en pobreza multidimensional intensa. A su vez se conoció que había unos 2.000 chicos de entre 4 y 17 años fuera del sistema educativo.
La tenencia irregular de la vivienda alcanzaba al 10 % de la población. En tanto que el 8 % de los bahienses habitaba en hogares con hacinamiento para dormir (4 o más personas por cuarto o que no tienen un colchón por cada miembro de la familia). A la vez, el 16 % habitaba en hogares con déficit de saneamiento, es decir, que no posee baño o que lo compartían con otro hogar; que estaba afuera del terreno o que el desagüe era a un pozo ciego.
Según los datos obtenidos en el primer informe, el 8 % se cocinaba y calefaccionaba con energías contaminantes como leña, queroseno o carbón, y el 7 % no tenía acceso a la electricidad o contaba con una conexión clandestina.