En medio de la polémica y la falta de respuestas por las 5 mil toneladas de alimentos para comedores populares retenidos en dos depósitos, la Iglesia salió a pedirle en duros términos a Javier Milei y Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, que los reparta “rápidamente”, al advertir sobre el riesgo de que “se vaya perdiendo la sensibilidad frente a un derecho primario como el derecho al alimento”.
“Nos hemos enterado sobre la existencia de dos depósitos de alimentos que tienen cinco millones de kilos de alimentos guardados”, comenzó su alocución difundida en video el presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea.
Ojea dijo que “no entra en las razones por las que están guardados, pero pienso que en un tiempo de emergencia alimentaria esto debe llamarnos a la reflexión”.
En esa línea, subrayó: “Realmente nos preocupa, que se vaya perdiendo esta sensibilidad frente a un derecho que es y que es primario como es el derecho al alimento. Dios quiera que rápidamente los hermanos con tantísimas necesidades puedan alcanzar su alimento diario”.
https://www.youtube.com/embed/3NPE1UYHfQU?start=67&feature=oembedEl mensaje completo del obispo Oscar Ojea, hablándole al Gobierno de que no pierda sensibilidad frente al hambre y al derecho al alimento.
Ojea compartió su reflexión para la solemnidad de la Santísima Trinidad. “Al día siguiente del día de la Patria celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Los cristianos adoramos a un Dios que es puro dinamismo, a un Dios que es amor, a un Dios que está continuamente saliendo de sí mismo y entregándose a través de la creación, de la redención, del cuidado de cada ser humano. El Papa Francisco nos ha dicho muchas veces que hemos entrado en este tiempo en la globalización de la indiferencia y en este punto quisiera hacer dos reflexiones”.
El obispo de San Isidro profundizó: “La primera reflexión refiere a que nos hemos enterado sobre la existencia de dos depósitos de alimentos que tienen cinco millones de kilos de alimentos guardados. No entro en las razones por las que están guardados, pero pienso que en un tiempo de emergencia alimentaria esto debe llamarnos a la reflexión. Rápidamente tienen que ser entregados, esta sensibilidad frente al pan que yo tengo y puede faltar en otras mesas va contra todo lo que significa, por ejemplo, cuando tiramos comida”, puntualizó. Tomando una anécdota personal, añadió: “Yo recuerdo una vieja tradición cristiana, mi abuela materna me decía que cuando tirara un poquito de pan besara el pan y pensara que ese pan que yo pude comer y que no voy a comer hay otro que realmente lo necesita. Esto es lo que realmente nos preocupa, que se vaya perdiendo esta sensibilidad frente a un derecho que es y que es primario como es el derecho al alimento. Dios quiera que rápidamente los hermanos con tantísimas necesidades puedan alcanzar su alimento diario”.
Apuestas virtuales
El obispo se refirió también a la problemática emergente del juego y las apuestas online entre los más jóvenes. “Estamos muy contentos de que haya proyectos en la Cámara de Diputados es el tema del juego online. Desde que se ha legalizado ha crecido tremendamente a través de compañías que se enriquecen muchísimo a través de esto que significa ‘tener un casino en casa’; es impresionante ver en los partidos de fútbol cuando ya no se ve el partido de fútbol, sino que se ven jóvenes apostando continuamente, mirando continuamente el teléfono, más preocupados por apostar que por el partido mismo”, señaló.
“Esto crea una seria adicción, ha aumentado la ludopatía entre chicos de 14, 15 y 16 años. Tenemos que estar atentos a este fenómeno que entra dentro de todo el fenómeno evasivo de nuestra realidad que hace que nuestros chicos vayan eligiendo caminos ilusorios, pero también es propio de la pobreza, la multiplicación del juego. Cuando la pobreza empieza a ser grande se recurre a esto para poder ganar dinero de cualquier manera y se rompen muchísimas ilusiones, pero lo que preocupa sobre todo es en los adolescentes”, apunto.
Hacía el final de su reflexión para solemnidad de la Santísima Trinidad, monseñor Oscar Ojea dejó una reflexión y una bendición para quienes escuchen y tomen su mensaje. “Que este amor fraterno especialmente con aquellos que no comen o no comen bien y que este cuidado y esta preocupación por nuestros jóvenes para que no entren en otras adicciones, sean claves para que podamos entrar en este misterio del Dios que es amor y vivir la bondad, la misericordia y la grandeza del corazón que inspira el mismo misterio de Dios. Que Dios los bendiga”.
Fuente: (DIB) ACR