El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer las últimas mediciones de la pobreza en nuestro país y reveló que ascendió al 41,7 por ciento de la población -19,5 millones de personas- al cierre de 2023.
La cifra representa los números del segundo semestre del año pasado, y significa un crecimiento del 1,6 por ciento con respecto a los seis meses previos. Además, el 11,9 por ciento de la población está por debajo de la línea de indigencia, que también aumentó de manera alarmante un 2,6 por ciento.
La explicación que dio el INDEC a partir de sus relevamientos es que el aumento en los ingresos fue menor al de la canasta básica. Mientras que los ingresos familiares totales aumentaron en promedio un 69 por ciento, tanto la Canasta Alimentaria como la Canasta Básica Total aumentaron un 81,6 y un 75,8 por ciento respectivamente.
Lo más difícil de explicar es que el desempleo cayó 5,7 por ciento. Esto implica que los nuevos trabajos no permiten un nivel de ingresos por encima de la pobreza, y se cumple un panorama que preocupa a los principales dirigentes políticos y sindicales: el trabajo no garantiza abandonar la pobreza.
Los niños, los más perjudicados: Seis de cada diez son pobres
En la pirámide poblacional, los niños de 0 a 14 años registraron un mayor porcentaje de pobreza que los adultos. Un 58,4 por ciento está debajo de esa línea, lo que supone que 6,5 millones de niños en la Argentina son pobres, 500 mil más que a fines de 2022 y casi 750 mil más que a fines de 2019.
Esta situación se explica por una caída en el poder adquisitivo de los sueldos, que según el INDEC perdieron un 20,2 por ciento real durante todo el 2023 en el caso de los trabajadores estatales, del 14,7 por ciento entre los privados y del 31 por ciento entre los trabajadores informales.