El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) estima que la pobreza experimentó un brusco salto del 49,5% en diciembre de 2023 al 57,4% en enero de 2024, lo que la habría llevado a sus niveles más altos en los últimos 20 años, según el informe “Argentina siglo XXI: Deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Perspectivas y desafíos”, que se difundió este fin de semana.
Según la UCA, el aumento se relaciona directamente con la devaluación impulsada por el Gobierno en diciembre pasado, que incrementó los valores de las canastas básica alimentaria y la total. Esto habría ocurrido a pesar de las subas en las fuentes secundarias de jubilaciones, pensiones e ingresos laborales. La indigencia, en tanto, fue ubicada por el estudio en el 15% de la población del país.
En diálogo con LA NACION, el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia, precisó que el informe se basa en “una simulación estadística a partir de los datos de la encuesta del tercer trimestre del año pasado”. De todos modos, advirtió: “No creo que estemos muy lejos de lo que está sucediendo”. El especialista dijo que los principales afectados por la situación son “la clase media baja y los trabajadores de baja calificación”.
Al hablar específicamente de la pobreza, la población en esa situación -que según la UCA ya llega a 27 millones de argentinos- tuvo dos procesos de incremento: pasó del 44,7% en el tercer trimestre de 2023 al 49,5% en diciembre de ese año y, finalmente, al 57,4% en enero de 2024. Los motivos no giran solamente en torno a la suba de la canasta básica total, sino también de los ingresos en los hogares.
Este valor sería el más alto del índice desde 2004, cuando la pobreza alcanzó el 54,8% de la población. Fue en la salida de la crisis de 2001 y 2002, tras la cual los indicadores descendieron. “La diferencia es que en ese entonces estábamos en la salida de una crisis y ahora, si no funciona en programa del gobierno, estamos en la entrada”, advirtió Salvia. Y señaló que “si baja la inflación habrá un alivio rápido; de otro modo estaremos ante una catástrofe social”.
Según el informe dado a conocer este fin de semana, los más afectados en el inicio de 2024 fueron los hogares de clase media y baja que no son beneficiarios de políticas sociales. En tanto que para los beneficiarios de esta ayuda estatal, la pobreza aumentó del 76,5% en el tercer trimestre de 2023 a un 81,9% en diciembre de 2023 y un 85,5% en enero de 2024, pese a los planes.
El informe explica que las proyecciones se calcularon ajustando los ingresos del tercer trimestre 2023 según “las variaciones reales en los salarios y las modificaciones en los programas de ingresos y transferencias monetarias”. A su vez, las canastas de consumo (CBA y CBT) “se actualizaron en función de la variación de los valores correspondientes al incremento de las mismas según estimaciones del INDEC”.
La indigencia, en cambio, pasó del 9,6% en el tercer trimestre de 2023 al 14,2% en diciembre al 15% en enero de este año. A diferencia de lo que ocurrió con el índice de pobreza, la suba de las transferencias en políticas sociales -como el aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentaria- sí amortiguó la indigencia en aquellos que son beneficiarios de los programas. Para los hogares de estos beneficiarios, aunque la indigencia aumentó del 19,7% al 28,8% en diciembre de 2023, se redujo al 23,8% en enero.
(La Nación)