Sebastián Toarmina, titular de la jefatura de la Delegación Departamental de Investigaciones, relató como se produjo la abatida de Roque Damián Carrillo, un peligroso delincuente que era buscado por el crimen de Juan “El Oreja” Silva.
En princio, tenían en claro que su captura no sería sencilla ya que el mismo había dicho que no se iba a entregar. “Es conocido hace 20 años por robo a mano armada, entradoras, robo a joyerías, sucursales de banco. En la investigación conocíamos 3/4 domicilios que frecuentaba y ayer, aprovechando las fiestas, frecuentamos los domicilios y estaba en la vereda de la casa del tio”, expresó.
Durante ese operativo, en donde la policía iba encubierta, en una camioneta blanco sin inscripciones, Carrillo dudó y comenzó a dispararles. Gatilló alrededor de 12 veces y dos de los disparos impactaron en la puerta del conductor.
En esas circunstancias, toma a su tío como “escudo humano” y logra escapar por el patio de atrás. “Detiene la marcha de un auto, le pone la pistola en la cabeza al conductor y le dice que lo saque de ese lugar”, menciona.
Luego, un vecino llama al 911 advirtiendo sobre la presencia de un hombre armado que ingresó a una vivienda deshabitada. En un segundo operativo, los efectivo policiales rodean la casa a la espera de su salida. “Sale con un ladrillo de cocaína y una pistola 9mm. Trata de huir y los policías quedan al descubierto. Era la vida de la policía o la vida de el. Ahí cae abatido y es un caso de legitima defensa total”, menciona.
Situaciones como estas no suelen darse a menudo en nuestra ciudad, por eso el titular de la DDI muestra su preocupación por los efectivos que se pusieron en riesgo. “Yo estaba muy preocupado por el personal. Era una caso que no podíamos abandonar, hablamos de una persona muy peligrosa que podría haber matado a cualquier vecino. En su locura de huir podía haber hecho un desastre”, relata y ejemplifica con un hecho puntual: en una de sus huidas, un perro le mordió el pie y le dio tres tiros. Eso refleja que haría cualquier cosa con tal de no volver a la cárcel.