La reconocida revista científica Nature publicó en la edición de julio el trabajo internacional de la Red Mundial de Observatorios Ecológicos de Lagos sobre microplásticos en lagos y embalses de seis continentes, del que tomó parte un investigador bahiense. Realizó un aporte con el análisis del único espejo de agua de Sudamérica incluido en la investigación.
Los resultados indican que en 38 lagos estudiados ubicados en 23 países se registraron restos de microplásticos, aunque en diverso grado y de diferente composición. Igualmente indica la contaminación existente y la urgencia de reducir el uso de residuos en todo el planeta, sostiene el artículo.
Según el examen liderado por dos científicas italianas y 79 expertos de diferentes nacionalidades, todas las muestras analizadas en lagos y embalses contienen microplásticos, tanto en aquellos cercanos a poblaciones como los más alejados de la acción humana, como es el caso del lago estudiado por el docente e investigador bahiense Facundo Scordo, que es el Lago Rivadavia, en el Parque Nacional Los Alerces, en la Patagonia.
El doctor Scordo explicó que “las muestras se tomaron de manera similar en todos los espejos de agua, utilizando el mismo protocolo. Recorrí un kilómetro con un movimiento zigzagueante atravesando el lago de una orilla a la otra arrastrando una red que colecta los microplásticos. Las muestras luego se enviaron a Italia, en donde se analizaron. El Lago Argentino es un sitio turístico de la provincia de Chubut y es uno de los más alejados de los centros urbanos observados en la investigación y el único incluido en el estudio de Centro y Sudamérica.
El estudio internacional demoró en total más de dos años, a causa de la pandemia de Covid-19. Estuvo a cargo de las investigadoras italianas Verónica Nava y Barbara Leoni y también tomó parte la carhuense, egresada de esta Casa, la doctora en Biología María Belén Alfonso, quien investiga en la Universidad Kyushu, de Japón.
“Lo principal de los resultados es que en la totalidad de los lagos hay residuos que son menores a cinco milímetros, compuestos ya sea por poliéster o polímeros”, indicó el docente, entrevistado por AM 1240, Radio Universidad.
En algunos lagos las muestras dan mayor cantidad que en los mares, lo cual es peligroso porque el agua dulce se utiliza para el consumo humano. “Algunos de los lagos estudiados son fuente de agua para grandes poblaciones y contienen cantidades de microplásticos inclusive más altas que las encontradas en los océanos”, dijo.