En el mes de octubre del año pasado el Municipio de la ciudad lanzaba un decreto donde indicaba la necesidad de cerrar las puertas del Mercado Municipal por las serias falencias edilicias que ponían en riesgo a comerciantes y población en general.
Esto provocó una serie de idas y vueltas que tenían a los comerciantes y el municipio en el centro de la disputa y las negociaciones que de allí devinieron para dar respuestas que conformaran a quienes tenían en ese espacio céntrico su fuente de trabajo. Si bien contentar a todos los permisionarios parecía una tarea titánica, en algunos casos muy de a poco se pudo negociar con algunos de ellos para relocalizarlos.
La pregunta que surge a fines de marzo de 2023 es que sucede con los que no pudieron, no quisieron o no están a gusto con las opciones que da la municipalidad.
Sobre esto habló Germán Baratelli, director de Articulación Público-Privada del Municipio, quien señalaba las obras que comenzaron en febrero y que lo primero que hay que arreglar es el tema de la terraza por filtraciones de agua, y luego la parte eléctrica.
Baratelli indicó que la mayoría está en proceso de mudanza mientras que un grupo menor de comerciantes se muestra resistente a irse de esos lugares y frente al interrogante de que sucedería si no accedieran a irse la posibilidad de un desalojo no está descartado como último recurso.