Brenda Allendorf y Agustín Arias, prima y hermano de Camila Arias, la joven de 25 años que trabajaba como operadora de radio de una empresa de taxis y murió tras sufrir una intoxicación por monóxido de carbono hablaron de las condiciones deplorables en las que trabajaba.
“Las condiciones edilicias eran muy malas parecía una casa abandonada”, explicaron y agregaron que “hubo maltrato y destrato” por parte del dueño de la empresa, Roberto de Barrenechea.
“No solo no estaba registrada sino que tenía que llevarse el papel higiénico y la vianda para hacer jornadas ocho horas de trabajo”, relataron.
Camila estaba momentáneamente en la ciudad porque debía renovar el permiso para volver a EEUU.
Según relatos de empleados, el generador siempre estaba adentro de la oficina y no afuera como dijo el jefe.