Marruecos se convirtió en el primer semifinalista africano en la historia de los mundiales cuando nadie lo tenía en carpeta. Es el batacazo de Qatar, de eso ya no hay dudas. En zona de grupos le ganó a Bélgica y empató con Croacia, otro semifinalista. En octavos sacó a España y en cuartos a Portugal. Todos estos golpes tienen un nexo común: no recibió ni siquiera un gol. Es un muro impenetrable el que construyó Marruecos en la Copa del Mundo. Se sabe que en esta clase de competencias es la defensa la que gana títulos, pero nadie creía que sería la de esta selección la más sólida.
Con el libreto bien sabido, Marruecos echó del Mundial al Portugal de Cristiano Ronaldo. Un equipo muy físico, que se repliega bárbaro y que de contra hace daño a pura velocidad. Se puso en ventaja por una mala salida de Diogo Costa y un salto acrobático de En-Nesyri, quien a los 42 minutos del primer tiempo anticipó al arquero portugués.
Es historia pura también la de un técnico que asumió el 31 de agosto y que un puñado de meses después llevó a su equipo al máximo logro Mundial hasta el momento. Apenas Camerú, Ghana y Senegal alguna vez habían podido llegar a cuartos de final. Ningún africano, hasta el sábado, se había metido entre los cuatro mejores. Sin grandes figuras, pero sí con jugadores de altísimo nivel. El arquero Bono, conocido en estas tierra por tener como ídolo al Burrito Ortega, volvió a ser figura con una y mil voladas. Los centrales sacaron todo, el lateral Hakimi es figura en el Inter, Amrabat un volante central que está en todos lados y los extremos Ziyech y Boufal apenas tienen la pelota atacan a su marca. Así se hicieron un grupo casi indestructible.
El festejo, claro, fue de locos. Todos llorando y hasta con sus familiares dentro del campo de juego. Portugal también fue un mar de lágrimas, pero de las tristes. Atacó todo el segundo tiempo y tuvo un cabezazo de Pepe dentro del área chica en el séptimo minuto de descuento. Pero se le fue apenas desviado y no hubo más tiempo. Cristiano Ronaldo se fue muy conmovido rumbo a vestuarios y Marruecos escribió su página dorada de la historia. Un Mundial lleno de sorpresas y que por ahora tiene a Argentina como testigo de tantas hechos históricos.
(Olé)