El próximo lanzamiento del programa “Precios Justos” para fijar los precios de una amplia gama de productos de consumo masivo tiene una pata clave que se develó en las últimas horas. Se trata de la posibilidad de acceder a dólares “preaprobados” para todas aquellas compañías que voluntariamente ingresen a este programa. La propuesta ya la divulgó Sergio Massa en los distintos contactos que mantuvo con compañías alimenticias y supermercadistas.
Esta “zanahoria” que ofrece el ministro de Economía resulta irresistible para la muchas compañías que fueron invitadas a participar del programa. Saber de antemano que tendrán acceso al mercado cambiario y conocer el monto es tema clave para organizar la producción. Sobre todo en un momento de escasez de divisas, que en realidad son reservadas para unos pocos.
La estrategia de Massa, por lo tanto, es liberar a cuentagotas los dólares de las reservas para las importaciones, pero consiguiendo a su vez algo a cambio. En este caso, convencer a las empresas para que ingresen en Precios Cuidados, luego de algunas resistencias iniciales.
En la misma línea, el ministro también anunció que las economías regionales, especialmente en la zona cordillerana, tendrán acceso a un tipo de cambio diferencial a la hora de exportar desde el 20 de noviembre hasta fin de año. Sería un esquema parecido al del dólar soja, aunque todavía no se especificaron los detalles. En este caso, también será para quienes acepten participar en el programa precios Justos, que arranca en diciembre.
Según se está terminando de definir, el programa incluirá una serie de productos con precios fijados por cuatro meses. Pero la mayoría ingresará en un esquema con subas de hasta 4% por mes, con lo que se busca reducir la inercia inflacionaria de cara al año electoral.
En Economía aseguran que ya cerraron acuerdos con 86 compañías que representan más del 70% de la oferta de consumo masivo en supermercados. Lo más complejo será que los productos frescos no se sigan desbandando, como la fruta, la verdura, huevos y leche, que lideraron las subas en el rubro alimentos en lo que va del año. La intención de involucrar a las economías regionales en Precios Justos busca justamente atacar este fenómeno.
El Gobierno insiste en que el año que viene es factible bajar la inflación al 60%, como estipula el proyecto de Presupuesto 2023, que en pocos días será sancionado como ley por parte del Senado. Sin embargo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) -divulgado por el Banco Central y que recoge la opinión de economistas y bancos- indica que para el año próximo se espera un piso de inflación del 90%.
Para el Gobierno resulta clave lograr una desaceleración de la inflación en los próximos meses, pensando en la cercanía de las elecciones presidenciales. Con semejantes subas de precios, especialmente de los productos de la canasta básica, resulta extremadamente difícil llegar con chances de ganar las elecciones. Cristina Kirchner lo sabe y por eso la vicepresidenta salió a respaldar sin tapujos a Massa, resistido por ella hace pocos meses.
Sin embargo, el ministro logró estabilizar el mercado cambiario en sus primeros noventa días de gestión, lo que genera cierto entusiasmo en los cuarteles oficialistas. En el razonamiento que manejan dentro del ministerio de Economía, un dólar más estable, la menor emisión monetaria y la reducción del déficit fiscal debería ser suficiente para que empiecen a desacelerar los precios. Claro que a estos factores habría que acompañarlos con una suerte de programa de para consolidar la desaceleración de precios, en medio de paritarias que aumentan a un ritmo de casi 100%.