Los indicadores de alta frecuencia arrojaron que el índice de precios al consumidor del mes pasado habría cerrado en torno del 6,3% y la inflación núcleo del 5,9 por ciento.
Luego de que en septiembre se registrara un aumento del 6,2%, el equipo económico volvió sobre sus pasos y comenzó a tejer un acuerdo de precios como complemento al ajuste fiscal y a la suba de las tasas de interés. De todos modos, debido a la complejidad para negociar este “plan de estabilización”, en los últimos días se aceleró la remarcación en los productos de consumo masivo, reconocen las fuentes oficiales.
Pero más allá de este congelamiento semi-voluntario que se persigue, en el equipo de Sergio Massa destacan que insistirán en cumplir con las pautas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como ancla frente a una economía inestable, tal como remarcó esta semana el organismo multilateral en un documento. “Empeoraron las perspectivas de la Argentina”, expresó el staff del Fondo, sin eufemismos y tal vez más atento a lo que puede pasar hasta las elecciones presidenciales de octubre del 2023.
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, fue tajante esta semana en su exposición ante la Comisión de Presupuesto del Senado: “el riesgo de una hiperinflación disminuyó, pero no fue eliminado”.
Mientras tanto, Economía cree que es posible cumplir con la meta de reservas internacionales de este año si logran que el nuevo sistema de autorización de las importaciones mantenga los pagos a las empresas en torno de los USD 5.500 millones en los últimos dos meses del año. Pese la venta continua de divisas de las últimas semanas, afirman que se pueden acercar a un saldo neutro y sumar reservas con los préstamos de los bancos multilaterales; esa suma también dependerá de la evolución de la liquidación del agro, que le sigue reclamando a Massa una reedición del “dólar soja” para otros cultivos durante el verano.
A la vez, el equipo sabe que se encuentra en otro delicado equilibrio entre la necesidad de no dejar que se atrase el tipo de cambio -y por eso en octubre se intensificó el ritmo de devaluación en el mercado oficial- y el control de la inflación, porque persiste en niveles muy altos.
En el plano monetario, prometen mantener una baja asistencia al Tesoro y subir la tasa de interés de referencia cuando sea necesario, aunque admitan los efectos colaterales de hacerlo.
Fuente: Infobae.