Una vecina de Castelli al 900 fue abordada por un delincuente cuando volvía de a pasear a sus mascotas.
Patricia entraba a su casa a la vuelta del paseo y fue sorprendida por un joven que le advirtió: “soy chorro, pero no asesino”.
Cuando ingresó a la vivienda buscaba plata y oro con la excusa de tener que darle de comer a sus hijos. Además, agarró una caja de clonazepam y tomó tres en ese momento.
Mientras recorría toda la casa hasta llegar al baño donde luego la iba a encerrar, le dio un abrazo. “Le pedí que se vaya porque llegaba mi hija y me dijo que no me preocupe que se iba a ir antes”, dijo la mujer.
Le dijo contá hasta diez, ella escuchó la puerta y salió. “Hoy en día tenes que agradecer que no te hagan nada”, concluyó.